domingo, 11 de enero de 2009

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" Enteniment, confiança, fidelitat, lealtat.... amistat "
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El diálogo y la colaboración fructífera en la educación de sus hijos


La relación padres -educadores deben ser muy fructíferas y hay una excelente oportunidad de materializarlo a través del tutor o tutores. No espere a que su hijo tenga necesidades educativas especiales o que haya agotado todos sus recursos didácticos antes de empezar a hablar con su profesor encargado de orientarle y hacerle un seguimiento más cercano.

Permítanos darle algunos consejos importantes previos:

1.- Considere al tutor su aliado. Escúchelo con atención, trátelo con la mayor consideración. No le contradiga a la primera. Incluso si presume de conocer a su niño como nadie. Trátelo como un profesional, como le gustaría que le trataran a usted en su ámbito profesional. Imite los consejos que un estudiante veterano da a su hijo.
2.- Demuestre su interés real. Utilice lo que sabe de su hijo para demostrarle que tiene el mayor interés real. Demuéstrele que está al tanto de cada día en el colegio, hágalo con respeto, pidiéndole consejos, orientaciones. Pregúntele como puede usted ayudar a los profesores .
3.- Interésese por la actitud de su hijo y todo tipo de detalles. Anímele a que le cuente su importante y cualificado punto de vista, pídale detalles: sus distracciones en clases, su falta de atención en esta u otra asignatura, sus materias favoritas, sus
hábitos, sus amigos y sus relaciones, si es tímido en clase, si es extrovertido, sus dificultades con las matemáticas, la lengua, etc. Tiene mucho que aprender de su hijo cuando no lo ve. Cuando los niños tienen que desenvolverse fuera del ámbito familiar experimentan cambios que los padres son incapaces de imaginar.
4.- Contacto frecuente y fluido. Gánese la simpatía y la amistad de los tutores y profesores de su hijo. Le permitirán mantener un contacto frecuente con aquellos que deben sus mejores aliados. Ellos van a ser determinantes en muchas cosas y en especial en algo tan decisivo como la educación de sus niños. Sea compresivo, póngase de su parte aunque no comparta algunas de sus apreciaciones o puntos de vista, tómese un tiempo para analizarlos mejor y ver si llevan razón o no. Muchos tutores cambian su punto de vista si ven en los padres una complicidad y una actitud positiva hacia su labor educativa.

En la mayoría de los casos es importante que los hijos conozcan el contendido de las conversaciones. Especialmente en las vertientes en las que hemos insistido: el estudiante debe ser consciente de que sus estudios son importantes; le hacen sentir "el protagonista de cada día".
Muchos padres saltan cuando su hijo mete un gol en un partido de fútbol o le ríe y le hace feliz una gracia o tontería que dice y, sin embargo, no premia con su tiempo e interés el enorme esfuerzo de aprendizaje que debe hacer en matemáticas, lengua, idiomas, conocimiento del medio, etc. etc.

Felicite a su hijo efusivamente por lo que hace bien y por lo bueno que digan los profesores de él. Plantee con su ayuda un reto para aquello en lo que tenga dificultades.
Demuéstrele a su tutor que es su aliado.

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